Minería de Bitcoin: ¡Emisiones de CO2 mayores que en toda Austria!

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El artículo destaca la enorme huella de carbono de Bitcoin, que alcanza los 98 millones de toneladas al año y supera las emisiones de Austria.

Der Artikel beleuchtet die enorme CO2-Bilanz von Bitcoin, die 98 Millionen Tonnen pro Jahr erreicht und die Emissionen Österreichs übersteigt.
El artículo destaca la enorme huella de carbono de Bitcoin, que alcanza los 98 millones de toneladas al año y supera las emisiones de Austria.

Minería de Bitcoin: ¡Emisiones de CO2 mayores que en toda Austria!

La red Bitcoin tiene una alarmante huella de carbono de 98 millones de toneladas al año, lo que supera las emisiones anuales de gases de efecto invernadero de Austria, que rondan los 69 millones de toneladas. Este alarmante resultado muestra que las criptomonedas, especialmente Bitcoin, no sólo son onerosas desde el punto de vista financiero sino también ambientalmente. Cada transacción de Bitcoin produce tanto CO2 como 105.000 horas de vídeos de YouTube o 1,4 millones de transacciones de Visa. Estos números ilustran cuánto consumo de energía tiene la minería de Bitcoin en el medio ambiente.

La red Bitcoin utiliza la tecnología blockchain para validar las transacciones a prueba de falsificaciones. Esta validación se realiza actualmente mediante el proceso “Prueba de trabajo” (PoW). Numerosos mineros compiten para resolver complejos acertijos criptográficos, lo que genera un alto consumo de energía. La mayor parte de la energía necesaria proviene de fuentes fósiles, lo que contribuye significativamente a las emisiones de CO2. Según las previsiones, la demanda de electricidad para la minería de Bitcoin superará los 135 teravatios hora (TWh) en 2023, lo que significa un consumo de energía mayor que el de muchos países poblados, incluido Pakistán.

Impacto ambiental de la minería de Bitcoin

Un estudio de Kaveh Madani y su equipo, publicado en la revista Earth's Future, mostró que se necesitaron alrededor de 173 TWh para la minería de Bitcoin entre 2020 y 2021. Esto representa un aumento del 60% en comparación con 2018-2019. El estudio muestra que el 67% de la electricidad para la minería provino de fuentes de energía fósiles y sólo alrededor del 16% fue suministrada por energía hidroeléctrica. Esto conduce a un enorme problema medioambiental. La huella hídrica de la producción de Bitcoin fue de 1,65 kilómetros cúbicos, lo que sería suficiente para proporcionar agua a más de 300 millones de personas en las zonas rurales de África.

El sistema de prueba de trabajo, que sirve como base técnica para Bitcoin, permite a los participantes anónimos generar confianza en una red descentralizada. Las ventajas de PoW residen en el alto nivel de seguridad y la validación descentralizada de las transacciones. Pero las desventajas también son graves: el procesamiento lento, las tarifas elevadas y el enorme consumo de energía reducen el atractivo de este sistema. La tarifa promedio por una transacción de Bitcoin es actualmente de alrededor de $23 y aumenta en momentos de alta demanda.

Perspectivas de futuro y alternativas

Una posible solución a estos problemas podrían ser protocolos de consenso alternativos como la Prueba de participación (PoS), que requiere mucha menos potencia informática y podría reducir el consumo de energía hasta en un 99%. Ethereum ya ha realizado con éxito la transición a PoS, lo que demuestra que es posible una solución más sostenible y eficiente para las tecnologías blockchain. Sin embargo, este método presenta sus propios desafíos que deben superarse.

Dado el impacto ambiental y el enorme consumo de energía, las criptomonedas como Bitcoin están bajo una intensa presión por parte de ambientalistas y formuladores de políticas. El debate sobre soluciones sostenibles para la tecnología blockchain será crucial en los próximos años. Los desafíos son grandes, pero la necesidad de un enfoque respetuoso con el medio ambiente para la moneda digital es innegable.