Veredicto de máxima seguridad: ¡Ali K. tras las rejas para siempre!

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Ali K., el preso más peligroso de Alemania, recibe prisión preventiva de por vida tras agredir a funcionarios judiciales.

Ali K., Deutschlands gefährlichster Häftling, erhält lebenslange Sicherungsverwahrung nach Angriff auf Justizbeamten.
Ali K., el preso más peligroso de Alemania, recibe prisión preventiva de por vida tras agredir a funcionarios judiciales.

Veredicto de máxima seguridad: ¡Ali K. tras las rejas para siempre!

¡El prisionero más peligroso de Alemania finalmente ha sido sentenciado! El sirio Ali K., de 24 años, que ya ha estado tras las rejas por numerosos delitos, ha sido condenado a 17 años de prisión por un cruel ataque a un funcionario penitenciario en la prisión de Frankenthal. Esto no sólo significa una larga estancia tras las rejas, sino también prisión preventiva: ¡Ali K. permanece encerrado de por vida!

Las aterradoras acciones de Ali K. lo dicen todo: nada más llegar a Alemania solicitó asilo, que posteriormente le fue rechazado. Siguieron una serie de delitos, desde drogas hasta robo y lesiones corporales. Pero la conmoción alcanzó su clímax cuando Ali K., conocido por sus arrebatos violentos dentro de los muros de la prisión, hirió gravemente a un oficial durante una fuga planificada. Imagen Detalló que no rehuyó la violencia e incluso demostró ser traicionero en prisión.

Un hombre de terror

En el centro de su último y sensacional incidente se encuentra un brutal ataque con fragmentos. Utilizó un truco para atraer a los funcionarios penitenciarios a su celda, donde hirió gravemente a uno de ellos con un fragmento de plato. "¡Te mato!" - "¡Te mataré!" se dice que gritó mientras la sangre fluía y el tiempo se detenía. A pesar del uso masivo de una Taser y de la intervención de varios agentes, Ali K. logró herir gravemente a otro empleado. Esta fue la gota que colmó el vaso y llevó a la jueza Mirthe Hütt a calificar a Ali K. de “bomba de tiempo” que había que controlar.

Claridad judicial y consecuencias

La jueza Hütt no ocultó su opinión en la sala del tribunal: "Este hombre es un peligro para sí mismo y para los demás, un psicópata que vive su deseo de violencia en prisión". Los niveles de seguridad en la sala del tribunal no conocían límites: con cascos y chalecos protectores, un equipo de funcionarios judiciales custodiaba al acusado esposado, mientras los visitantes del juicio eran controlados dos veces para evitar peligros. Era como una película de acción, sólo que en realidad.

La decisión del juez fue clara: 17 años de prisión, seguidos de prisión preventiva. En Diez, donde el perpetrador se encuentra actualmente alojado en una sala de detención especialmente asegurada, seis agentes fuertemente armados garantizan su aislamiento. ¿Se vislumbra un cambio en su comportamiento? Difícilmente, afirma el tribunal, porque Ali K. buscaba su “diversión” en la vida cotidiana en prisión. Imagen Le informan que su pasado violento no deja esperanzas de mejorar.