De la guerra a la guardería: el camino de Evgenya Chervatuk en Bad Breisig
Evgenya Chervatuk habla de su huida de Ucrania a Renania-Palatinado y de su camino hacia la integración tras 1.000 días de guerra.
De la guerra a la guardería: el camino de Evgenya Chervatuk en Bad Breisig
Evgenya Chervatuk, una ucraniana de 37 años, huyó de la guerra desde Kiev a Renania-Palatinado con su pequeña hija Olga en marzo de 2022. Después de un arduo viaje de casi 2.000 kilómetros, la familia encontró refugio con una servicial pareja en Bad Breisig. A pesar de los desafíos que conlleva vivir en un país extranjero, Evgenya no se rindió. Aprendió alemán y ahora trabaja en una guardería.
En Renania-Palatinado viven más de 50.000 ucranianos, muchos de los cuales han huido de la guerra. La integración en la sociedad alemana es a menudo un desafío que requiere disciplina, trabajo duro y un poco de suerte. Evgenya, que estudió matemáticas y economía en Ucrania, se enfrentó a la dificultad de encontrar un trabajo sin buenos conocimientos del idioma. Sus primeros intentos de trabajar en guarderías o como limpiadora no tuvieron éxito. Los consejos decisivos de un asesor de la oficina de empleo la ayudaron inicialmente a concentrarse en aprender el idioma alemán.
Aprender el idioma alemán como primer paso
Los primeros meses fueron duros. Evgenya asistía cinco horas de clases de alemán todos los días mientras cuidaba a su hija por las tardes. A pesar de los temores atormentadores sobre el futuro y del cansancio que a menudo la atormentaba, no se dio por vencida. Su hija Olga, que entonces tenía cuatro años, fue un gran apoyo. “Mamá, mantén la nariz en alto, todo irá bien”, animó a Evgenya en tiempos difíciles.
Gracias al apoyo de muchas personas serviciales y a su propia perseverancia, Evgenya finalmente encontró en enero de 2023 un puesto permanente como profesora especializada en la guardería Sonnenschein. “Realmente disfruto el trabajo”, dice, mirando con orgullo sus éxitos. Su familia ahora se ha instalado en Bad Breisig y quiere quedarse aquí, aunque le duela la separación de sus amigos y familiares en Ucrania. “Aquí tenemos futuro”, subraya resueltamente Evgenya.