Los Estados balcánicos en la carrera armamentista: ¡Serbia ve cruzar las líneas rojas!

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Kosovo, Albania y Croacia están profundizando su cooperación militar, lo que preocupa a Serbia y lo considera una provocación.

Los Estados balcánicos en la carrera armamentista: ¡Serbia ve cruzar las líneas rojas!

En un dramático giro de los acontecimientos, la región de los Balcanes está en el centro de atención mientras los países de Kosovo, Albania y Croacia buscan ampliar su cooperación militar. Un acuerdo firmado recientemente tiene como objetivo fortalecer la interoperabilidad y la cooperación en la industria de defensa. Este acontecimiento provocó indignación en Serbia: el presidente Aleksandar Vučić describió el acuerdo como una “provocación abierta” y advirtió sobre una posible carrera armamentista en la región. El Ministerio de Asuntos Exteriores de Serbia criticó el acuerdo como un precedente peligroso y exigió una explicación de por qué fue excluido de importantes debates sobre seguridad colectiva, como Krone.at informó.

A la sombra de estas tensiones militares se encuentran los esfuerzos por mejorar las relaciones entre Serbia y Kosovo, apoyados por la UE. Según el jefe de política exterior de la UE, Josep Borrell, los jefes de gobierno de ambos países acordaron implementar un acuerdo que ya ha sido negociado. Esto tiene como objetivo permitir a Serbia reconocer la condición de Estado de Kosovo sin legitimarlo según el derecho internacional. En un intercambio complicado, Serbia podría aceptar el reconocimiento de los pasaportes y otros documentos de Kosovo a cambio de que Kosovo garantice los derechos de la minoría serbia dentro de sus fronteras. Esta información fue proporcionada por Tagesschau.de proporcionó.

Reacciones y desafíos

En Serbia las reacciones a la cooperación militar entre Kosovo, Albania y Croacia están divididas. El Ministro de Defensa croata, Ivan Anušić, indicó que Croacia no necesita el consentimiento de Belgrado para adoptar este acuerdo. El Primer Ministro Andrej Plenković destacó que la cooperación no necesita ser aprobada por Serbia o la OTAN, señalando el cambiante panorama político en la región. Al mismo tiempo, existe una presión constante sobre Vučić y su homólogo de Kosovo, Albin Kurti, para que normalicen las relaciones mediante el nuevo acuerdo planeado. Sin embargo, ambos enfrentan presiones internas: los nacionalistas serbios exigen una línea dura contra Kosovo, mientras en Kosovo se teme que las concesiones puedan poner en peligro la integridad del Estado.