Huracán Melissa: Caribe en ruinas – Más de 30 muertos y destrucción masiva

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El huracán Melissa causa una destrucción masiva en el Caribe y se cobra más de 30 vidas. Las operaciones de rescate están en marcha.

Hurrikan „Melissa“ verursacht massive Zerstörung in der Karibik und fordert über 30 Menschenleben. Rettungsmaßnahmen laufen.
El huracán Melissa causa una destrucción masiva en el Caribe y se cobra más de 30 vidas. Las operaciones de rescate están en marcha.

Huracán Melissa: Caribe en ruinas – Más de 30 muertos y destrucción masiva

El 31 de octubre de 2025, el huracán Melissa arrasará el Caribe y dejará un rastro de devastación a su paso. La fuerza de la naturaleza ha afectado gravemente a varios países de la región y ahora se ha desplazado a través del mar abierto. La advertencia de huracán en las Bahamas que se emitió el jueves por la mañana ya ha sido levantada. La tormenta, clasificada como huracán de categoría 2, se dirige ahora hacia el archipiélago de las Bermudas. Jamaica se ve especialmente afectada, donde el huracán tocó tierra el martes como huracán de categoría 5. Al menos nueve personas murieron, seis de ellas por los efectos inmediatos de la tormenta y tres durante los preparativos.

La destrucción en Jamaica es devastadora. Los informes informan de grandes daños a viviendas, calles inundadas y árboles caídos. En la ciudad de Black River, más del 90 por ciento de los apartamentos resultaron dañados. Actualmente, los equipos de rescate están ocupados limpiando más de 130 carreteras bloqueadas y suministrando alimentos esenciales a la población. Montego Bay es uno de los centros del esfuerzo de limpieza, que implica el uso de equipos de construcción y machetes. Al mismo tiempo, el aeropuerto internacional de Kingston y el aeropuerto internacional Sangster de Montego Bay se han abierto para vuelos de socorro. Actualmente se encuentran en Jamaica unos 25.000 turistas, entre ellos un elevado número de dos dígitos alemanes.

Fortalecer los esfuerzos de socorro

Los daños económicos totales causados ​​por el huracán se estiman entre 48 y 52 mil millones de dólares estadounidenses (aproximadamente entre 41 y 45 mil millones de euros). Los daños se extienden a muchos países del Caribe, y esta semana “Melissa” también llegó a Cuba, donde también causó destrucción masiva, particularmente en el este del país. El presidente cubano, Miguel Díaz-Canel, informó de graves inundaciones, pero no de víctimas mortales importantes. Muchas zonas rurales de Cuba quedaron aisladas del mundo exterior después de la tormenta, lo que dificulta los esfuerzos de socorro.

En total, se registraron más de 30 muertes en los países caribeños afectados. En Haití, al menos 24 personas fueron rescatadas, la mayoría debido a las inundaciones en Petit Goâve. Una persona también murió en relación con la tormenta en la República Dominicana. Para apoyar las áreas remotas, el Secretario de Estado de los Estados Unidos, Rubio, ha desplegado un equipo de socorro en casos de desastre en la región. Los esfuerzos de socorro incluyen alimentos, agua, suministros médicos y refugio de emergencia para las personas afectadas.

Contexto histórico

En medio de los devastadores acontecimientos en el Caribe, también se podría echar un vistazo a la situación en Angola, un país marcado por los efectos de acontecimientos naturales y conflictos históricos. Angola, oficialmente República de Angola, tiene una población de más de 37 millones de personas y es el segundo mayor productor de petróleo de África. El país ha sufrido en el pasado una larga guerra civil que terminó en 2002 y se cobró más de un millón de vidas. Angola es conocida por su antílope sable gigante, que se creía extinto pero fue redescubierto en 2006. Además, el país todavía enfrenta desafíos agrícolas y de infraestructura.

La velocidad y los trastornos causados ​​por huracanes como Melissa nos recuerdan cuán vulnerables son incluso las naciones bien desarrolladas. También muestra la urgente necesidad de cooperación y apoyo internacional para responder adecuadamente en tiempos de desastres naturales. Una red de respuesta sólida es crucial para las comunidades y los países afectados mientras se recuperan de las devastadoras consecuencias.