Starnberg cierra 52 rutas: ¿ahorros o decisiones absurdas?
Starnberg cierra 52 vías para el servicio de invierno para ahorrar costes. Una mirada a las absurdas medidas de austeridad y sus consecuencias.
Starnberg cierra 52 rutas: ¿ahorros o decisiones absurdas?
En Starnberg la realidad se lleva al extremo: 52 vías públicas están cerradas durante seis meses para reducir los costes del servicio invernal. La ciudad espera ahorrar 60.000 euros, cantidad que corresponde al salario semanal de un empresario inmobiliario medio en Starnberg. ¡Pero el cálculo no cuadra! Los concejales críticos señalan que la ciudad sólo podría ahorrar 30.000 euros después de gastar 25.000 euros en material de barrera y 10.000 euros en la instalación de las barreras. ¿El resultado? ¡Una pérdida de 5.000 euros! ¿Eso es un crecimiento negativo?
El alcalde habla de “medidas drásticas”, pero sin dar detalles. ¿Un cierre total de la ciudad hasta Semana Santa? Esto no sólo ahorraría costes de calefacción e iluminación, sino que también protegería a la región del invierno. Quizás incluso debería salarse el lago Starnberg como medida de precaución para evitar problemas futuros. En tiempos de presupuestos ajustados, hay que ser creativo, incluso si eso significa que ahora se diga a los ciudadanos adónde pueden ir.
Antecedentes jurídicos y comparaciones absurdas
No se deben descuidar los aspectos legales: la ciudad tiene la “obligación de seguridad vial”. Casi se podría pensar que el Estado actúa como un maestro de jardín de infantes, diciendo a los ciudadanos cómo deben comportarse. En otras ciudades universitarias todo esto resulta aún más absurdo: mientras que en Tubinga se calientan los puentes para proteger a los ciclistas de las caídas, en Starnberg simplemente se ignora la responsabilidad personal de los ciudadanos. Si esta forma de pensar hubiera existido en 1886, el rey Luis no se habría ahogado en el lago Starnberg: ¡las barreras lo habrían detenido!
La situación en Starnberg muestra hasta dónde pueden llegar los absurdos de la vida cotidiana. En lugar de soluciones pragmáticas, la ciudad se está volviendo loca con medidas burocráticas. ¡Un drama que te hace sonreír y sorprenderte al mismo tiempo!