Después de 8 años de aislamiento: ¡Así luchó David Krobath para volver a la vida!
David Krobath vivió ocho años aislado en Ulm. Tras los azares del destino, encontró el valor para empezar su primer trabajo a los 32 años.
Después de 8 años de aislamiento: ¡Así luchó David Krobath para volver a la vida!
David Krobath, un hombre de Ulm de 32 años, ha experimentado una transformación dramática en los últimos ocho años. Después de un duro golpe del destino, vivió completamente aislado del mundo exterior. Todo empezó tras graduarse en la Escuela Robert Bosch en 2012, cuando quiso partir lleno de ilusiones por un futuro profesional prometedor. Pero el destino no tardó en llegar. De repente e inesperadamente, su padrastro recibió un diagnóstico alarmante: sólo le quedaba un año de vida. Esta noticia desvió a David y así comenzó el círculo vicioso de su aislamiento.
Se describe a sí mismo como un “NEET”, un término para los jóvenes que no reciben formación, ni trabajan ni estudian. David quedó atrapado en un estado de parálisis emocional durante este tiempo. Por muy abrumadora que fuera la situación, con la pérdida, los pensamientos sobre su propio futuro y la presión de sus padres, no pudo reunir el coraje para buscar un nuevo trabajo.
Ocho años de soledad
El período de aislamiento duró años. David estaba cada vez menos dispuesto a salir de su habitación y la interacción social se detuvo por completo. Perdió toda conexión con la realidad. “Estaba vegetando”, así describe el estado en el que ya casi no salía de casa, mientras el mundo a su alrededor avanzaba sin cesar.
Pasaron ocho años sin que él saliera. “Para todos los demás, el mundo seguía girando”, recuerda hoy. Los amigos tomaron decisiones sobre el futuro y sobre cómo formar una familia mientras el tiempo se detenía para David. La desesperada idea de que podría morir en esta soledad finalmente lo llevó a tomar una decisión radical.
El punto de inflexión
El punto de inflexión llegó cuando cumplió 28 años: “Las cosas no pueden seguir así”, pensó David mientras se sentaba frente a la pared gris de su habitación y se preguntaba qué había pasado con su vida. Fue entonces cuando decidió buscar ayuda nuevamente. Le costó mucho ponerse en contacto con un psicólogo. El nombramiento confirmó sus peores temores: una depresión severa combinada con un aislamiento severo.
Sin embargo, el tratamiento no fue fácil. Justo cuando daba el primer paso para salir de su soledad, comenzó la pandemia del coronavirus. Las restricciones de contacto y los confinamientos le dificultaron avanzar según lo previsto. Sin embargo, con la ayuda de videoconsultas y nuevos intentos de terapia, logró salir un poco de su aislamiento cada día.
Para él era crucial recuperar una estructura diaria. La sensación de estar vivo de nuevo era esencial, e hizo todo lo posible para recuperar esta estructura.
el primer trabajo
Sus viajes de regreso a la vida culminaron en la rehabilitación vocacional. El sueño de David de trabajar en la industria de TI siguió vivo, a pesar de que habían pasado años. En otoño de 2021 comenzó su formación como integrador de sistemas informáticos en un centro de formación profesional cerca de Heidelberg. Estos tres años representaron para él un nuevo comienzo: “Me sentí realmente cómodo allí”, dice hoy con evidente orgullo en su voz.
Recientemente completó con éxito su formación y el 1 de octubre comenzó su primer trabajo en el servicio público, un hito que implicó su traslado a la región de Karlsruhe. “Estoy un poco orgulloso”, explica David y quiere utilizar su historia para dar esperanza de que incluso en los momentos más difíciles es posible volver a la vida.
Sin embargo, el trasfondo de su largo aislamiento y el desafío social que representa el creciente fenómeno NEET también refleja un problema más amplio: según Eurostat, a finales de 2023 había alrededor de 626.000 NEET en Alemania, lo que representa una proporción del 7,4 por ciento. Estas cifras ilustran la escasez de trabajadores cualificados y la consiguiente necesidad de apoyo y estímulo para los jóvenes.