Debut de talla mundial: ¡Asmik Grigorian y su conmovedor estreno de Norma!
Asmik Grigorian y Aigul Akhmetshina debutaron en "Norma" de Bellini en el Theatre an der Wien el 16 de febrero de 2025.
Debut de talla mundial: ¡Asmik Grigorian y su conmovedor estreno de Norma!
El 16 de febrero de 2025, los cantantes de fama mundial Asmik Grigorian y Aigul Akhmetshina debutarán en el Theatre an der Wien en la ópera “Norma” de Bellini. Se espera con gran expectación el estreno, sobre todo porque Asmik Grigorian canta este papel para su difunta madre, la soprano Irena Milkevičiūtė. Esta conexión con su madre, que era una Norma increíblemente talentosa, hace que el próximo evento sea muy especial para Grigorian. Según una entrevista con el diario "Krone", Grigorian subraya la gran presión emocional que siente cuando dos intérpretes representan el mismo papel en la misma ciudad.
Retos y emociones en el escenario
Como señala Aigul Akhmetshina en el papel de Adalgisa, “Norma” es una experiencia muy diferente a cualquier cosa que haya cantado antes. El desafío no viene sólo del canto, sino sobre todo de la profundidad emocional de los personajes. La propia Grigorian a menudo recuerda su infancia y los recuerdos de su madre, especialmente cuando ensaya las escenas dramáticas con un cuchillo. En conversación con el “Kurier”, sugiere cómo su historia personal y sus inseguridades la siguen motivando a asumir desafíos, señalando que muchas veces siente que tiene que luchar por sus logros.
Akhmetshina describe a Adalgisa como una niña ingenua e inocente que queda atrapada en un conflicto, mientras que Grigorian explora las facetas del amor y el peligro en el papel de Norma. Ambos cantantes, que dominan papeles exigentes, aportan una mezcla de desesperación y emoción a sus actuaciones, haciendo del estreno de este sábado una experiencia inolvidable. Esta producción, cuya historia se desarrolla en las décadas de 1950 o 1960, podría transportar a los espectadores a un mundo entrelazado de romance y conflicto dramático que subraya las profundas emociones humanas de la ópera.
El nerviosismo que sienten tanto Grigorian como Akhmetshina es obvio, pero también expresan una profunda gratitud por poder realizar este desafiante trabajo. En un momento de reflexión, Grigorian admite que a veces resulta abrumador llevar las expectativas y la presión de una tradición familiar tan distinguida a la ópera, mientras que Akhmetshina está convencida de que cada representación es siempre un paso adelante.