Escándalo en Damasco: ¡Baerbock no recibe un apretón de manos de los que están en el poder!
Annalena Baerbock no recibió un apretón de manos del nuevo gobernante al-Sharaa durante su visita a Damasco, lo que plantea la cuestión de los derechos de las mujeres.
Escándalo en Damasco: ¡Baerbock no recibe un apretón de manos de los que están en el poder!
Durante una visita sorpresa a Siria, la ministra de Asuntos Exteriores alemana, Annalena Baerbock, experimentó un rechazo humillante: el nuevo gobernante Ahmed al-Sharaa se negó a estrecharle la mano, mientras cortésmente se la tendía a su homólogo francés, Jean-Noël Barrot. Según informes de Krone.at y oe24.at Este incidente ocurrió en el antiguo palacio del derrocado dictador Bashar al-Assad en Damasco. Baerbock comentó con calma el escándalo: "Cuando llegué ya tenía claro que aquí habría apretones de manos inusuales". El acto simbólico muestra la influencia de las corrientes islamistas y plantea interrogantes sobre el futuro rumbo de Siria bajo el nuevo régimen.
En la capital, Damasco, los representantes de la milicia islamista HTS no le ofrecieron un apretón de manos a su llegada a Baerbock, sino que le hicieron una reverencia. Baerbock aprovechó esta oportunidad para desaprobar esta práctica, pero también para subrayar que era lo esperado desde el principio. En una conversación con al-Sharaa, Baerbock y Barrot también destacaron que los derechos de las mujeres son cruciales para el grado de libertad en una sociedad. El apretón de manos rechazado ha despertado preocupación entre los expertos; Volker Perthes, ex director de la Fundación Ciencia y Política, calificó el gesto como una “mala señal” conocida no sólo en Siria, sino también en otros países con gobiernos islámicos conservadores.
Conversación sobre los derechos de las mujeres.
La recepción tuvo lugar bajo la sombra de la reciente agitación política, apenas cuatro semanas después de la caída del régimen de Assad. Mientras Baerbock y Barrot dejaban clara su posición, ocurrió otro momento notable: Al-Sharaa inicialmente parecía renuente a ofrecer siquiera el apretón de manos, reforzando la suposición de que las mujeres pueden tener un papel subordinado en la nueva Siria. El incidente diplomático no sólo exige precaución, sino también seguir de cerca la evolución futura del país, que actualmente se encuentra en transición.