William y su asistente escolar: ¡fuertes juntos en Bassum!

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William (10) recibe apoyo de la asistente escolar Sandra Reimers-Klitte en la escuela primaria de Bassum para superar sus desafíos emocionales.

William y su asistente escolar: ¡fuertes juntos en Bassum!

En la escuela primaria de la Mittelstraße en Bassum, un dúo extraordinario está causando revuelo: William, de diez años, y su asistente escolar, Sandra Reimers-Klitte. William, que sufre trastornos emocionales y sociales y lucha contra dificultades de aprendizaje, cuenta con un gran apoyo a su lado en Sandra. Este hombre de 56 años, que recientemente empezó a trabajar como asistente escolar en el Arbeiter Samariter Bund (ASB), aporta no sólo experiencia, sino también corazón y comprensión a las clases.

La situación en la clase es impresionante. 17 alumnos de cuarto grado, dirigidos por la profesora Kristine Hey, están entusiasmados y activos. William, que está lleno de alegría a pesar de los desafíos, se ha integrado bien en el grupo. "Sandra, ¿puedes ayudarme?" – Así suena a menudo cuando los niños le piden apoyo a Sandra. Su papel es crucial: le da a William seguridad y estructura, lo cual es esencial para su desarrollo. En sólo ocho semanas, la ASB ya ha puesto en marcha doce acompañamientos escolares para facilitar el día a día escolar a niños con diferentes discapacidades.

Apoyo importante en la escuela.

Los asistentes escolares no sólo son personas de contacto, sino también un apoyo importante para los niños que a menudo luchan con problemas psicológicos. Según el estudio KiGGS, alrededor del 17 por ciento de los niños de entre 3 y 17 años corren el riesgo de sufrir este tipo de anomalías. Sandra sabe por experiencia propia lo importante que es el apoyo, ya que una de sus hijas también vive con una discapacidad. Por tanto, su compromiso con William es particularmente fuerte. "Las primeras tres horas van muy bien. Luego, a veces, resulta demasiado para él", explica.

William ya ha logrado avances en este entorno de apoyo. Kristine Hey está entusiasmada con el desarrollo del niño y enfatiza lo importante que es que todos los niños de la clase sean aceptados y respetados. "No es necesario ser amigo de todo el mundo, pero nos aceptamos y respetamos mutuamente", explica a los estudiantes. En un viaje a Bremervörde, William pudo hacer realidad su amor por la naturaleza y los animales, del que claramente disfrutaba. Pero aunque a veces aparece como un luchador solitario en el patio del colegio, con la ayuda de Sandra demuestra que es fuerte y capaz de encontrar su lugar en la comunidad.