Merheim tras la desactivación de la bomba: ¡daños y elogios para los servicios de emergencia!
En Colonia-Merheim, la explosión controlada de una bomba de la Segunda Guerra Mundial causó daños en edificios residenciales mientras se llevaban a cabo extensas evacuaciones.
Merheim tras la desactivación de la bomba: ¡daños y elogios para los servicios de emergencia!
El viernes pasado se completó con éxito en Colonia-Merheim una extensa operación para detonar una bomba estadounidense de la Segunda Guerra Mundial. El jefe de la Oficina de Orden Público, Ralf Mayer, como anfitrión de la reunión final, reflexionó sobre los acontecimientos que resultaron de varios meses de meticulosa planificación. La operación estuvo cubierta por Kölner Stadt-Anzeiger y fue la mayor evacuación desde 1945, principalmente debido al cierre del hospital de Merheim.
Sin embargo, la trepidante desactivación no transcurrió sin incidentes. Se colocó un artefacto explosivo controlado sobre la bomba porque no se podía quitar el detonador frontal. Se intentó mitigar el efecto de la explosión con medidas preparatorias, como llenar el agujero en el suelo con arena. Pero a pesar de estas medidas, varios edificios residenciales sufrieron daños. Un trozo de tierra arrojado por la explosión atravesó un tejado y también resultaron dañados garajes, vallas y ventanas.
Causa del daño
Según Vanessa Nolte, portavoz del gobierno del distrito de Düsseldorf, el terreno también se vio afectado por fuertes lluvias, que intensificaron los efectos de la explosión. "Desafortunadamente, algo así no se puede descartar de antemano", explicó tras la explosión. Hasta el momento, seis propietarios se han visto afectados directamente por los daños, pero afortunadamente ningún residente se encontraba en casa en el momento de la explosión.
En el informe se elogió la rápida y fluida evacuación de 6.400 residentes antes de la explosión. Mayer informó que el primer recorrido duró sólo 50 minutos, lo que se considera sorprendentemente rápido. Todos los residentes habían recibido la información necesaria con antelación a través de folletos y visitas, lo que contribuyó a una implementación eficiente. La buena organización también se considera la razón del éxito de toda la operación.
Otro punto importante que planteó Mayer fue cómo gestionar las reclamaciones por daños y perjuicios. Dado que se excluyen las reclamaciones legales contra la autoridad reguladora responsable, aún no está claro cómo se cubrirán los costes de reparación de las propiedades dañadas. Sin embargo, las asociaciones de seguros garantizan que algunas reclamaciones serán tratadas como un gesto de buena voluntad. Sin embargo, esto aún está por verse, ya que los contratos de seguros privados suelen contener cláusulas de exclusión de guerra, que en la práctica son muy controvertidas.
Tras la explosión, el director de operaciones, Johannes Brauns, se sintió aliviado de que los bomberos y la organización de socorro técnico pudieran iniciar de inmediato las reparaciones de emergencia de los daños. Sin embargo, también hubo críticas, sobre todo con respecto a la comida de emergencia suministrada durante la operación, ya que al final sobró mucha comida. Mayer explicó que es necesario organizar mejor la restauración para poder abastecer adecuadamente a los más de 1.000 servicios de emergencia. Quizás una cocina de catering móvil podría ser la solución.
En general, la operación estuvo fuertemente influenciada por la planificación previa. Esto también lo demuestra el descubrimiento durante la operación de que de los 21 objetos examinados, sólo uno era una bomba real. Si hubiera habido varias bombas, el radio de evacuación probablemente habría sido aún mayor. “Se podría decir que simplemente nos divertimos mucho”, resumió Mayer, mientras el grupo analizaba los desafíos y las lecciones aprendidas de la misión.
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