Inteligencia artificial: el consumo de agua se está disparando: ¿nos estamos volviendo pobres?
Centros de datos e inteligencia artificial: el aumento del consumo de agua y energía para 2030 plantea interrogantes sobre el impacto ambiental y la sostenibilidad.

Inteligencia artificial: el consumo de agua se está disparando: ¿nos estamos volviendo pobres?
El rápido aumento del uso de la inteligencia artificial (IA) presenta no sólo avances notables sino también importantes desafíos ecológicos. Los estudios muestran que los centros de datos que soportan aplicaciones de IA requieren no sólo grandes cantidades de electricidad sino también agua para su refrigeración. Esta urgente preocupación ha sido destacada en varios análisis, por ejemplo en un informe de corona, que aborda las complejas relaciones entre la IA, el consumo de energía y los requisitos de agua.
El jefe de OpenAI, Sam Altman, expresó optimismo sobre el futuro de la IA en una publicación de blog, pero reconoció la grave perturbación social que podría acompañar al auge de estas tecnologías. Altman predice que la inteligencia artificial enriquecerá al mundo, lo que podría financiar nuevas ideas políticas, como una posible renta básica impulsada por aumentos de productividad. Pero a pesar de estas perspectivas positivas, el impacto ambiental de las aplicaciones de IA es significativo.
Huella ambiental de la IA y los centros de datos
Los datos de consumo de agua y energía son alarmantes. Alto noticias diarias El consumo de agua de una sola conversación con un chatbot puede llegar a ser de hasta 500 mililitros. El desarrollo de modelos de IA como ChatGPT-3 requirió aproximadamente 5,4 millones de litros de agua, de los cuales 700.000 litros se utilizaron sólo para enfriar los centros de datos. La demanda de agua podría aumentar drásticamente en el futuro: se prevé que en 2030 se necesitarán un total de 664 mil millones de litros de agua para enfriar los servidores.
Los requisitos energéticos de los centros de datos también están aumentando rápidamente. El consumo de electricidad aumentará de 50 mil millones de kilovatios hora en 2023 a alrededor de 550 mil millones de kWh en 2030. Esta evolución conducirá a un aumento de las emisiones de gases de efecto invernadero, que se prevé que aumenten de 212 millones de toneladas en 2023 a 355 millones de toneladas en 2030. Esta evolución podría poner en grave peligro los objetivos climáticos, como muestra el análisis del Öko-Institut en nombre de Greenpeace Alemania.
Sostenibilidad y medidas políticas
La dependencia de los combustibles fósiles sigue siendo problemática, ya que muchos centros de datos siguen dependiendo de fuentes de energía convencionales. Según informes de Ingenieur.de Para 2030, la necesidad total de energía para el procesamiento de datos aumentará a alrededor de 1.400 mil millones de kWh. Esto requiere urgentemente patrones de acción política para evaluar y regular sistemáticamente los impactos ambientales del uso de la IA.
Las medidas recomendadas incluyen requisitos obligatorios de transparencia para los proveedores de centros de datos, el desarrollo de una etiqueta de eficiencia para estas instalaciones y la integración de energías renovables en la refrigeración y el suministro de energía de estos centros. Los políticos tienen la responsabilidad de crear condiciones marco que garanticen que el potencial de innovación de la IA no se produzca a expensas del medio ambiente y la protección del clima.