Luchadora Lisa: Cómo una donación de células madre le dio una nueva vida
Una donación de células madre salvó la vida de Lisa Schmölz, de 30 años, de Rieden am Forggensee. Lea su inspiradora historia.
Luchadora Lisa: Cómo una donación de células madre le dio una nueva vida
Una verdadera heroína de la vida: Lisa Schmölz, 30 años, de Rieden am Forggensee, ganó su batalla contra la anemia aplásica con el poder de una donación de células madre. Esta rara enfermedad, en la que la médula ósea no produce suficientes células sanguíneas, ha afectado gravemente su vida durante años. Pero ahora, después del trasplante que le salvó la vida, Lisa está en camino de regresar a una vida normal. Con una sonrisa radiante, informa de sus progresos y de su vuelta a la vida cotidiana.
El punto de inflexión llegó cuando cumplió 30 años. “Mi vida diaria consistía simplemente en levantarme, desayunar y volver a acostarme”, dice Lisa, que durante ese tiempo apenas podía concentrarse y a menudo permanecía tumbada durante semanas. La búsqueda de un donante de células madre adecuado fue larga y desafiante. Amigos y familiares movilizaron al DKMS y más de 1.000 personas se registraron. Aunque no se encontró ningún donante adecuado, finalmente llegó la noticia salvadora: ¡se había encontrado un donante! El trasplante se llevó a cabo el 27 de junio, “día 0”, a pesar de los retrasos en la entrega de las células madre. “Aprendí a tener paciencia durante los años de mi enfermedad”, dice Lisa.
Una nueva etapa de la vida
El trasplante transcurrió sin problemas y después de tan solo tres semanas se hicieron evidentes los primeros cambios positivos en los valores sanguíneos de Lisa. Cinco semanas más tarde le permitieron volver a casa, donde se recompensó con su primera comida casera: espaguetis a la boloñesa. Poco a poco está empezando a recuperar su forma física y planea reanudar sus estudios duales en ingeniería industrial e ingeniería mecánica. Tus sueños son grandes: ¡unas vacaciones en familia están en lo más alto de la lista!
Lisa cuenta con el apoyo de su familia, amigos y colegas y nunca ha dudado de sí misma. Su blog “Lisa Lebe Lache” la ayuda a procesar sus experiencias y animar a otros afectados. Aún está en el aire si le gustaría contactar a su donante, pero una cosa sabe con certeza: “Sabía que llegaría otro día en el que me sentaría allí y me reiría como de costumbre”.