Duras críticas a las deportaciones en el aeropuerto de Frankfurt: ¡gente necesitada!
Los observadores de la Iglesia critican la práctica de deportación en el aeropuerto de Frankfurt debido a graves deficiencias y déficit humanitarios.
Duras críticas a las deportaciones en el aeropuerto de Frankfurt: ¡gente necesitada!
El año pasado, más de 4.300 personas fueron deportadas a sus países de origen en el aeropuerto de Frankfurt. Estos procesos ahora están siendo criticados porque los observadores de la iglesia han identificado deficiencias en los procesos. Están especialmente preocupados por las condiciones en las que se llevan a cabo las deportaciones. En un informe de actividad publicado recientemente se habla de graves déficits.
Una preocupación central de los observadores es la protección y el bienestar de las personas deportadas. El informe describe, entre otras cosas, que muchas personas viajan en avión con temperaturas invernales sin ropa adecuada, a veces incluso con zapatillas o chanclas. Esto plantea dudas sobre la humanidad de la práctica de deportación.
Crítica de procedimientos
Otro problema grave abordado en el informe se refiere al tiempo de preparación, a menudo insuficiente, de los afectados. A muchos no se les da la oportunidad de empacar artículos personales o medicamentos. Particularmente impactantes son los informes de separaciones familiares que ocurren con frecuencia durante estos procesos. Las familias son recogidas sin previo aviso y en mitad de la noche, lo que genera incertidumbre.
El informe también destaca que existen diferencias en los procedimientos según el estado federado. Se dice que los bávaros llegan a Frankfurt esposados con mayor frecuencia que la media, lo que suscita sospechas de comportamiento excesivo. Estas observaciones se refieren a varios destinos, especialmente países africanos, donde la servidumbre es común.
Un tema especialmente delicado es la deportación de personas enfermas. El informe señala que los pacientes con cáncer se han visto más afectados durante el último año. Se critica que a menudo no se realiza un examen médico adecuado antes de la deportación, lo que pone en riesgo la salud de los afectados. La falta de intérpretes también significa que los niños se ven obligados a asumir el papel de traductores, lo que no redunda en el mejor interés del niño, especialmente si los padres están bajo mucho estrés.
Reacciones y actitudes de los ministros
En el contexto de estas críticas masivas, también se pronunció el ministro del Interior, Roman Poseck. Subrayó que se toman en serio las conclusiones del informe. "Es muy importante que se tenga en cuenta la humanidad durante las deportaciones", afirmó Poseck. El ministro destaca que el estado federado de Hesse apoya económicamente la observación de las deportaciones, lo que refleja el reconocimiento a este trabajo.
Al mismo tiempo, Poseck también adopta una postura dura en materia de deportaciones. Él ve la necesidad de hacer cumplir la ley, ya que, según el ministro, en Hesse hay unas 13.000 personas que se ven obligadas a abandonar el país. Además, ha anunciado que deportará a los extranjeros de forma más sistemática, especialmente en el caso de delitos graves.
Según el ministerio, a finales de agosto de 2024 1.084 personas fueron deportadas de Hesse, lo que demuestra que el problema sigue siendo actual y explosivo. Las crecientes cifras en comparación con años anteriores indican que la presión sobre el estatus de refugiado existente en Alemania sigue siendo alta. Los supervisores de deportaciones tienen como objetivo aportar mayor transparencia y humanidad a esta práctica, un objetivo que es crucial dados los desafíos actuales en la política de refugiados.
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