Absolución de Oranienburger: ¡No hay pruebas en el caso de abuso infantil!

Transparenz: Redaktionell erstellt und geprüft.
Veröffentlicht am

Un hombre de 41 años fue absuelto de abuso infantil ante el tribunal regional de Neuruppin. Declaración contra declaración sin pruebas.

Absolución de Oranienburger: ¡No hay pruebas en el caso de abuso infantil!

Neuruppin/Oranienburg.Una sentencia impactante sacudió el miércoles al tribunal regional de Neuruppin: ¡David P., de 41 años, de Oranienburg, fue absuelto de abuso sexual infantil! A pesar de las graves acusaciones que lo vinculaban con crímenes cometidos en Wittstock y Oranienburg, la Duodécima Sala Penal decidió que su comportamiento era moralmente reprobable pero no punible.

Los principales testigos de cargo, que fueron oídos a puerta cerrada, mostraron poca cooperación ante el tribunal. "Es evidente que usted no estaba dispuesto a declarar", afirmó el presidente del tribunal, Jörn Kattenstroth. No se creyó en su “falta general de memoria”. Fue un caso clásico de testimonio contra testimonio, sin pruebas objetivas, que obligó a los jueces a absolver al acusado.

Grandes discrepancias entre las declaraciones hechas a la policía y ahora ante el tribunal

La discrepancia entre las declaraciones anteriores de los testigos y lo que dijeron ahora ante el tribunal fue enorme. Un oficial de policía recordó la declaración de una joven de 13 años que denunció que David P. la había tocado de manera inapropiada y la había felicitado en el verano de 2020. Pero en el tribunal, los testigos matizaron tanto sus declaraciones que la actividad criminal ya no era reconocible. El tribunal consideró que, aunque hubo situaciones inapropiadas y mensajes de contenido sexual, no hubo delitos penales.

El oficial que entrevistó al testigo en ese momento informó sobre una joven enojada y desesperada que quería que el acusado fuera castigado. Pero la falta de pruebas y las insuficientes declaraciones de los testigos llevaron a David P. a abandonar la sala del tribunal como un hombre libre. Otro caso que muestra sorprendentemente los límites entre la mala conducta moral y el comportamiento criminal.