Lilly Becker en la jungla: ¿Valiente o abrumada? ¡Tus miedos revelados!
Lilly Becker se prepara para “Soy una estrella, ¡sáquenme de aquí!” antes, comienza el 24 de enero en RTL. Tus miedos y esperanzas se revelan.
Lilly Becker en la jungla: ¿Valiente o abrumada? ¡Tus miedos revelados!
Lilly Becker, la ex esposa de la estrella del tenis Boris Becker, es una de las candidatas que estará en el campamento en la jungla de “I’m a Star – Get Me Out of Here!” a partir del 24 de enero de 2025. se verá. La mujer de 48 años espera con ansias el desafío y revela en una entrevista que quiere poner a prueba sus habilidades culinarias en el programa de televisión. “Hago esto por mí misma”, dice, explicando que en el último año y medio la gente que no la conoce ha hablado demasiado de ella. Ella sonríe a la cámara y declara: "Está bien, ¡ganaré esto!". Alto hoy.en su hijo Amadeus la describe con humor como “Godzilla”, indicando su naturaleza salvaje de mamá. Pero Becker también teme a las serpientes, ratas y cucarachas que la acompañarán hasta la jungla australiana.
Un nuevo amor y la esperanza de las campanas de boda.
Paralelamente a los preparativos en la jungla, Lilly Becker también comparte detalles íntimos sobre su vida amorosa. Desde hace dos años mantiene una relación a distancia con el empresario Thorsten Weck, que vive en Berlín y Düsseldorf, mientras ella se encuentra en Londres con su hijo. En una entrevista, ella habla de cómo esta distancia anima su relación: "Entonces estarán felices de volver a verse", dijo Becker en una entrevista con RTL. Ella admite que quiere un “final de cuento de hadas”, pero el matrimonio no está en su agenda hasta más tarde. Por el momento, su atención se centra exclusivamente en el campamento en la jungla, donde quiere demostrar que puede hacer más que los clichés sociales que se aferran a ella. RTL.
Becker siente curiosidad por saber qué le depara el campamento en la jungla y explica que esta experiencia es un descanso de su vida cotidiana, determinada por su trabajo y el crecimiento de su hijo. También la inusual proximidad a las serpientes y otros pequeños animales de tortura la deja fría, porque tiene muchas ganas de ver el espectáculo. "Por supuesto que no será divertido, ¡pero seguiré adelante porque nunca volveré a hacer eso!" dice con firme convicción.