De personas a máquinas: la distopía de Exen en nuestro tiempo

De personas a máquinas: la distopía de Exen en nuestro tiempo

En un momento en que la tecnología y la inteligencia artificial progresan constantemente, surge la pregunta: podemos transformarnos en "Exen", similar a las figuras distópicas de la novela de Sigismund Krschikhanowski "The Club of Letters Murderer"? Este libro, que fue creado entre 1925 y 1927, describe a las personas vaciadas por sí mismas y, en cambio, existen como "máquinas éticas".

Pero, ¿qué es exactamente Exen? Según la narración, estos son seres a los que se ha retirado todo el contenido psicológico individual. Esto se hace con el objetivo de homogeneizar la psique y someter a la humanidad a un control de nivel superior. Esta idea puede parecer una distopía extremadamente exagerada, pero plantea preguntas fundamentales sobre la libertad e identidad individual, que también son importantes en nuestro mundo moderno.

La influencia de la era digital

En los momentos en que las personas están cada vez más uniformadas en su formación de opinión debido a plataformas digitales y redes sociales, la idea de una sociedad hecha a máquina ya no parece un agarre ficticio para la ficción. Un amigo recientemente compartió sus observaciones sobre el comportamiento de las personas en las acaloradas discusiones. Se dio cuenta de que muchos apenas pueden tolerar opiniones diferentes. En cambio, un patrón de reacciones que parecen casi mecánicas se muestra como si las creencias personales ya no estuvieran controladas, sino que se especifican especialmente.

La idea de que nos convirtemos en una especie de "exen" solo se ve reforzada por estas observaciones. La idea de que nuestras decisiones y opiniones ya no se determinan de forma independiente, sino por influencias externas, es preocupante. Si las personas se comportan de tal manera cuando el automatismo de sus reacciones domina el pensamiento, la pregunta tiene derecho: ¿dónde está la individualidad humana y la conciencia de sí mismos?

La distopía de Krschikhanowski continúa. El publicista Tummins advierte en la historia que a nadie se le permite forzar una vida extranjera a una persona porque es un ser libre. Sin embargo, incluso su voluntad está sujeta al control externo en el curso de la narrativa. La pregunta surge en el mundo de hoy si no nos maniobramos en una situación similar y renunciamos a nuestra propia humanidad cuando confiamos demasiado en las regulaciones externas.

La pregunta clave sigue siendo: ¿qué sucede con nuestro ser interno cuando comenzamos a doblar las influencias y estándares de un mundo fuera cada vez más mecanizado? Las palabras de Tummins, que pide a cada "aún humano" que mire directamente a los "mecanizados", son un atractivo urgente para ser consciente de su propia humanidad. Solo a través de la reflexión y la conciencia de nuestro propio ego podemos evitar que nos transformemos en distopía existencial.

Estos temas se están volviendo cada vez más relevantes en la sociedad actual, y la discusión sobre cómo la tecnología y la dinámica social dan forma a nuestra identidad sigue siendo esencial. Tomamos el consejo de la historia para mantener nuestro propio lugar como persona todo el tiempo que aún sea posible. La lucha por la preservación de la identidad humana es más actual que nunca y necesaria para no deslizarse en un futuro en el que el individuo sea reemplazado por la máquina.

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