Michaela Gruber: Corazón y compromiso para la juventud y la cultura de St. Oswald

Michaela Gruber: Corazón y compromiso para la juventud y la cultura de St. Oswald

en St. Oswald es la vida cotidiana de Michaela Gruber formada por una variedad de tareas y compromisos. Esta mujer de 42 años, que incluso es una madre de seis hijos entre las edades de cuatro y 19 años, se dedica apasionadamente a su papel como entrenadora discalcular y dislexia y como jefa del centro juvenil local. "Vive mi racha social, este es mi mayor pasatiempo", enfatiza. Esta convicción no solo está en su trabajo, sino también en la participación activa en varios clubes.

Michaela Gruber, que tiene sus raíces en la industria del hotel y la hospitalidad y ha entrenado a través del aprendizaje a distancia, se ha comprometido con la Asociación Cultural de St. Oswald desde 2018. Aquí obtiene eventos con un pequeño equipo que enriquece la vida cultural de la comunidad. "Tenemos numerosos conciertos en el programa, incluido un popular concierto de Navidad con músicos locales", dice, y agrega que su hija Carolina también se preocupa por la música porque canta juntas en el coro.

El Centro Juvenil como Proyecto Heart

El Centro Juvenil de St. Oswald es de particular importancia para Michaela, y además de su liderazgo familiar, es su proyecto más importante. Ella ha liderado el Centro durante cinco años y ha abordado la renovación de las instalaciones previamente no utilizadas con su familia. "Mi esposo Martin siempre me ayuda activamente, estoy muy agradecida por eso", dice con orgullo. El centro juvenil está abierto una vez por semana y ofrece un programa fijo para ofrecer a los niños de diez a doce años un entorno creativo. Juntos, los participantes seleccionan el programa, que va desde campañas de artesanía y cocina hasta presentaciones de instrumentos musicales.

Un enfoque especial está en temas de arte mensuales que se presentan en un marco lúdico. "Tenemos artistas como Picasso o Frida Kahlo en su programa y pintura en su estilo", dice Michaela. Estas ofertas suelen ser gratuitas para todos los participantes, y con gran alegría persiguen el objetivo de promover el contacto social y el sentimiento de la comunidad.

Además de las actividades regulares para los jóvenes más jóvenes, Michaela realiza un programa nocturno para participantes mayores una vez al mes, lo que aumenta aún más el alcance de sus iniciativas. Su entusiasmo por el trabajo es contagioso y motiva a muchos jóvenes. "Quiero transmitir a las niñas y los niños que puedes hacer algo bueno por los demás", dice ella. Aunque inicialmente hizo todo de manera voluntaria, ahora recibe una pequeña remuneración de la ciudad del mercado de St. Oswald.

Compromiso como tradición familiar

Este año, Michaela también se hizo cargo de la gestión de la Asociación de Padres Revividos de la Escuela Primaria y la Escuela Intermedia. Su capacidad para afirmarse y motivar a otros activistas se valora en la comunidad. "Afortunadamente, estoy bien convencido y puedo recurrir a ayudantes duros", dice con una sonrisa. El equipo de la Asociación de Padres organiza bocadillos saludables para los escolares cada mes y también integra a su hija en la acción, que se levanta temprano para demostrar sus habilidades para cocinar.

Su talento organizacional parece haberlos pasado a sus hijos, después de todo, todos en su familia están bien integrados en los procesos diarios. "Tenemos un hogar estructurado para que todos contribuyan su parte", explica Michaela. La familia también juega un papel importante en la vida del vecindario. "Vivimos en una comunidad en la que todos se apoyan. Esta comunidad vivió es muy valiosa para nosotros", dice ella.

En St. Oswald, el compromiso de Michaela Gruber continuará asegurando un nuevo viento en la vida en clubes y familiares. Sus incansables esfuerzos y su enfoque positivo no solo ofrecen a sus propios hijos una infancia armoniosa y educativa, sino que también enriquecen toda la vida comunitaria.

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