La Iglesia Católica Siria está luchando por la supervivencia en Tierra Santa.

La Iglesia Católica Siria está luchando por la supervivencia en Tierra Santa.

Jerusalem, Israel - En Jerusalén, los cristianos católicos sirios bajo la dirección del obispo Yacub Ephrem Semaan enfrentan desafíos importantes. La Iglesia Católica Siria, con alrededor de 120,000 creyentes, una Iglesia Católica Católica más pequeña, ve momentos de incertidumbre y cambio. El joven obispo ha estado dirigiendo la comunidad durante tres años y medio, que no solo es activo en Jerusalén, sino también en Israel, Palestina y Jordania. The main focus of his work lies on the survival and spiritual strengthening of the Syrian Catholic community, which suffers from the consequences of flight and emigration, such as kathpress.at informado.

Dirigido por el obispo Semaan, el municipio lucha con un techo de personal delgado, ya que solo hay unos pocos sacerdotes disponibles. Mientras se enfrenta a restricciones de viaje y desempleo en su parroquia en Belén, Semaan trata de mantener el contacto con las familias necesitadas. El ingreso ha disminuido bruscamente en toda la región, y a pesar de los valores cristianos vividos, el futuro de la comunidad se vuelve incierto. Las raíces religiosas de la comunidad son fuertes y resistentes, ya que vive en una de las ciudades más sagradas del mundo, en las que muchos peregrinos, como Christian Post , informan a los sagrados en las fotos de viajes a las aguas profundas.

Los sitios sagrados en Jerusalén y la influencia en la comunidad

Los creyentes católicos sirios son parte del rico patrimonio cultural de Jerusalén, donde se encuentran sitios religiosos significativos como Grabeskirche y Kölberg. Estos lugares atraen a peregrinos de todo el mundo y son importantes para la comunidad local. La iglesia de la iglesia, que fue construida sobre las pantallas de Jesús, así como la Via Dolorosa, el sufrimiento de Cristo, son puntos centrales de contacto para los visitantes. Sin embargo, la comunidad católica siria permanece en un entorno tenso en el que el obispo espera que los cristianos de la región no solo sobrevivan, sino que también jueguen un papel activo en la reconstrucción de su tierra natal.

El obispo ve que es necesario promover una política que apunte a la paz y supera la desconfianza que se alimenta con las ideologías extremistas. Su visión es un futuro en el que judíos, musulmanes y cristianos pueden vivir juntos pacíficamente. A pesar de los desafíos, Semaan es optimista y trabaja incansablemente para mantener la comunidad católica siria en Jerusalén y garantizar que el rico patrimonio religioso y cultural se preserve en la región.

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OrtJerusalem, Israel
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