Xi ignora a Trump, pero la invitación a la inauguración cuenta mucho

Xi ignora a Trump, pero la invitación a la inauguración cuenta mucho

Imagine la escena: es el mediodía el 20 de enero, y el cuento occidental del Capitolio de los Estados Unidos está lleno de gente. Donald Trump pone el juramento de proteger, proteger, proteger y defender la constitución en el lugar donde sus seguidores se amotinaban hace cuatro años. Un invitado VIP excepcional se destaca por la cantidad de ex presidentes, miembros militares y del Congreso: Xi Jinping, la estricta guía de China. Esta figura representa una amenaza existencial para el dominio de los Estados Unidos en el siglo XXI, mientras que una Guerra Fría continúa desarrollándose.

xi Jinping's Ausence and Trump's Invitiation

Aunque se confirmó el jueves que Xi no participaría, quedó claro antes de que cancelara que su venida era imposible. Esto es particularmente sorprendente en el contexto de la oferta sorpresa de Trump en XI, que se pretendía como una explicación global provocativa de su segunda inauguración. Un viaje al XI Jinping de Washington habría sido un enorme éxito diplomático para el presidente designado, pero tal gesto pondría al presidente chino en una situación desfavorable. Se vería obligado a prestar atención a Trump y American Power, lo que contradice su visión, para asegurar el lugar legítimo de China como poder global dominante. Durante la ceremonia, tendría que escuchar a Trump sin ningún control sobre sus declaraciones o la oportunidad de reaccionar ante ella. La presencia de Xi también se interpretaría como una aprobación de una transferencia democrática de poder, que es inaceptable para una corona de automóviles en un estado único.

La importancia de la invitación para la política estadounidense

Sin embargo, la invitación de

Trump a XI marca un paso importante que subraya su autoconfianza y ambiciones como el futuro presidente. Según los informes, Trump también ha invitado a otros jefes de estado a participar en su inauguración, que es una desviación de la norma. Esta invitación es una prueba de la preferencia de Trump por la política exterior a través de gestos a gran escala y su disposición a ignorar las costumbres diplomáticas con su enfoque impredecible. Él cree que el poder de su personalidad solo puede ser un factor decisivo para los avances diplomáticos, aunque tales enfoques rara vez funcionan, ya que los oponentes enemigos de los Estados Unidos toman decisiones de acuerdo con los intereses nacionales y no para el estado de ánimo.

La estrategia de Trump hacia China

El interés de Trump en XI se está volviendo aún más interesante porque ha reunido un equipo de política exterior en las últimas semanas que está buscando una línea dura hacia China. Este equipo incluye a Marco Rubio, quien fue puesto en conversación como ministro de Relaciones Exteriores, y Mike Waltz, quien es un consultor de la seguridad nacional. Ambos ven a China como una amenaza de múltiples capas para Estados Unidos, ya sea económicamente, en alta mar o en el espacio.

"Este paso de Trump es muy interesante y encaja bien con su práctica impredecible. No creo que alguien esperara esto", dijo Lily McElwee, subdirectora del Centro de Estudios Estratégicos e Internacionales (CSI). Ella enfatiza que se debe considerar la invitación en el contexto de "stock y Korotte", lo que da forma a la inminente asumir el cargo de Trump. "Es un gesto muy simbólico que cambia un poco el tono de la relación sin socavar los intereses de los Estados Unidos".

El conflicto en curso entre los Estados Unidos y China

Los rivales están particularmente en el conflicto sobre Taiwán, una isla que China ve como parte de su territorio. Estados Unidos posiblemente podría ordenar la defensa de Taiwán, mientras que China está impulsando su cooperación con otros oponentes estadounidenses como Rusia y Corea del Norte. En las aguas sur y este de China, a menudo hay enfoques militares peligrosos entre los dos rivales, y los legisladores de ambos partidos acusan a China de robar secretos económicos y militares estadounidenses y no adherirse al derecho internacional.

La solicitud de

de Trump de visitarlo en Washington podría aparecer como una gran contradicción, especialmente porque Trump ya estaba amenazando con imponer altos aranceles a China. Esto plantea preguntas: ¿qué tan graves deberían los aliados de EE. UU. Y los opositores a Trump tomar una retórica agresiva y un cambio de política impredecible? ¿El verdadero enfoque estadounidense se caracteriza por sus funcionarios y políticas duras, o más bien a través de los sorprendentes giros del presidente designado que muestran su disposición a negociar?

Política exterior poco ortodoxa de Trump

La última estrategia de Trump con respecto a China podría parecer caótica, pero eso no resulta que podría funcionar. Los críticos a menudo critican su imprevisibilidad, pero ven que sus acciones espontáneas pueden sacudir a los rivales y abrir ventajas potenciales para los Estados Unidos. Cada éxito de atraer Xi del abrazo de China, Rusia y Corea del Norte sería un éxito estratégico político significativo para los Estados Unidos, incluso en vista de otras diferencias con China.

Las opiniones de Trump sobre China son complejas porque ve a la política mercantilista de Beijings como una amenaza directa para los Estados Unidos y al mismo tiempo quiere mantener una estrecha amistad con XI. En una entrevista con CNBC, Trump dijo: "Hablamos con el presidente Xi y creo que lo haremos bien en general". Pero agregó: "Fuimos abusados ​​como un país. Fuimos fuertemente abusados".

Esta contradicción a menudo se muestra en los primeros cuatro años de Trump, especialmente cuando se trata de líderes fuertes como XI, el presidente ruso Vladimir Putin y el líder norcoreano Kim Jong Un. A veces parecía que estaba tomando posiciones solo porque se le informa.

El desafío de la estrategia comercial de Trump

Si los aranceles de Trump representan una grave guerra económica o tácticas de negociación siguen sin estar claros. Muchos analistas creen que sus amenazas a los aliados están más destinados a fortalecer su posición de negociación. Sin embargo, la guerra comercial con China no solo podría tener efectos catastróficos para los Estados Unidos, sino también para China.

Entonces, el enfoque poco ortodoxo de Trump podría llevar a que los fabricantes de decisiones de Beijing tengan que pensar en sus próximos pasos. La invitación a la inauguración se considera el primer tren en un juego de ajedrez geopolítico que podría determinar la dirección del segundo mandato de Trump.

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