Graefekiez: ¡Calmar el tráfico trae alegría y frustración al mismo tiempo!
En Graefekiez se discute polémicamente la pacificación del tráfico: ¿éxito o ignorancia de los problemas reales?
Graefekiez: ¡Calmar el tráfico trae alegría y frustración al mismo tiempo!
En Graefekiez, en Kreuzberg, la calma matutina engaña. Las calles están tranquilas y los adoquines brillan mojados por la lluvia, pero esto no es casualidad. Desde la década de 1980, este barrio ha sido una zona de tráfico tranquilo que se considera un proyecto escaparate para un futuro sin coches. Los espacios de estacionamiento dan paso a espacios abiertos no sellados, y los peatones y ciclistas disfrutan de más espacio y seguridad. Pero no todo el mundo está entusiasmado con este cambio.
Las nuevas normas de aparcamiento son claras: los residentes pagan 20,40 euros durante dos años para obtener un permiso de aparcamiento, mientras que los huéspedes tienen que desembolsar tres euros por hora en el parquímetro. Esto provoca resentimiento, especialmente entre los comerciantes y empleados que dependen de sus coches. Un residente frustrado que trabaja como pintor se queja: “Todo está hecho para que parezca elegante para los ricos”. Mientras algunos celebran los cambios como avances, otros se sienten ignorados por la política.
La gestión de las plazas de aparcamiento causa problemas
La realidad en Graefekiez está plagada de tensiones. Mientras algunos residentes aprecian la calma del tráfico, otros se quejan de las nuevas normas de aparcamiento que recién se están introduciendo. “Ahora me resulta más fácil encontrar aparcamiento”, admite un residente, mientras un colega suspira: “Me llevó una eternidad”. Los empleados del popular supermercado Edeka, por el contrario, están molestos porque ya no pueden ir al trabajo en coche. La gestión de las plazas de aparcamiento se amplía constantemente y en otoño de 2024 se añadirán más calles.
Mientras tanto, la Böckhstrasse se está transformando en una “aula verde”, donde los aparcamientos dan paso a espacios abiertos para los niños. Las terrazas vecinales con bancos y parterres hacen que la calle sea más acogedora para los niños. Los residentes y los padres están satisfechos, mientras que la estación BVG Jelbi complementa el transporte público local con servicios compartidos. La imagen de Graefekiez se caracteriza por bolardos que no sólo regulan el tráfico, sino que también envían un mensaje político. Aquí queda claro que la reurbanización del barrio trae consigo oportunidades y desafíos.